La Oruga Azul.

La Oruga Azul.
La oruga se puso azul turquesa, porque presa de la luz de la poesía, reposa en las cuartillas de la mesa impregnada de tinta y fantasía… (Antonio Peláez Torres),

martes, 14 de julio de 2015

El llavero, por LUIS LÓPEZ-QUIÑONES RUIZ.


Cuando se marchaba, rumbo a un futuro incierto, a un país desconocido y entre gentes extrañas, puso en su mano aquel llavero de inscripción al dorso ya ilegible, de plata negruzca y ajada y de heráldica borrosa, portador desde hacía más de cuarenta años de la llaves de su casa.

No era el valor de un objeto, que en sí no valía nada, sino  simbólico traspaso como quien regala su alma, el magnetismo de una brújula para encontrar el camino de vuelta y un pedacito de memoria para recordar a los que nos aman.

Cerró el puño y abrazo con fuerza a su padre y los dos supieron, en aquel instante, que mientras ese insignificante objeto estuviese en su bolsillo, existía un pacto de retorno mutuo: el joven volvería al hogar y el viejo le esperaría.

              

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