La Oruga Azul.

La Oruga Azul.
La oruga se puso azul turquesa, porque presa de la luz de la poesía, reposa en las cuartillas de la mesa impregnada de tinta y fantasía… (Antonio Peláez Torres),

jueves, 15 de diciembre de 2016

Dos amigos, dos ángeles, por MARÍA ELENA LEYVA MIRANDA.


Había una vez dos amigos, los dos inteligentes, ambos muy brillantes en sus estudios, a los dos les gustaba jugar al ajedrez.
De vez en cuando, quedaban para jugar alguna partida y al mismo tiempo mantenían largas conversaciones.
Uno de ellos era creyente, el otro no, pero el no creyente, no se sentía satisfecho, sentía muchas inquietudes, a las cuales no le encontraba respuesta.
El veía a su amigo Pablo sereno, a pesar de lo mucho que había sufrido en la vida. Lo veía feliz y aceptando lo que la vida le iba trayendo.
Había perdido a su madre siendo un niño, desde entonces se hizo muy amigo de su Ángel de la guarda.
Hablaba con él y se ponía bajo su protección para todas las cosas.
Agustín,  se reía de su candidez, pero reconociendo al mismo tiempo, que el también sentía como una voz que lo inclinaba al mal.
"No seas tonto, vive la vida, que son cuatro días, puedes hacer todo lo que te apetezca"
El pobre de Agustín, hizo caso de esta voz, se junto con malas compañías, tomando droga, lo veían borracho a altas horas de la madrugada, incluso llegó a  perder su trabajo.
Así paso varios años, llego hasta pedir limosna.
Un día se acordó de su amigo Pablo, que ya hacía varios años que no se veían. 
Lo llamo por teléfono, le dijo que le gustaría verle y hablar con él, pero que le daba vergüenza que lo viera en el estado tan miserable que se encontraba.
Pablo, al escuchar su voz se puso muy contento! Agustín, no sabes la alegría que me das al llamarme! yo te he llamado muchas veces, y no cogías el teléfono !no sabía dónde encontrarte! te perdiste de pronto y nadie me daba señales de ti.
Claro que quiero verte! y charlar un rato como en los viejos tiempos!
Quedaron en un barrio pobre y apartado, y allí se sentaron en un banco, de una pequeña plazoleta.
Agustín, la verdad no me gusta verte en este estado, pero... ¡dame esa mano, seremos tan amigos como antes, si tu lo deseas!
!Claro que sí, Pablo! por eso te he llamado, estoy desesperado, sin saber hacia dónde tirar!
Tomé una vida que creí que me iba a hacer feliz, al poder hacer todo lo que me apeteciera, me metí en la droga, en borracheras, de desengaño en desengaño, y ya he gastado todo el dinero, nadie me hace caso y me veo tirado por las calles, mis padres murieron y estoy muy solo.
Agustín, te acuerdas cuando te reías de mí, porque yo confiaba en mi Ángel de la guarda?
!Claro que me acuerdo Pablo!
Pues eso es lo que te ha pasado a ti, pero al contrario, te has dejado llevar por el ángel caído (el demonio) que siempre está deseando de hacer daño a todo el que puede.
Por lo menos, has aprendido la lección de que no has encontrado la felicidad, que te prometía. 
Yo en cambio, sigo confiando en mi Dios, que me ama, que me ha regalado un Ángel Custodio para que me ayude a seguir el buen camino.
Los Ángeles son dogmas de fe, desde el Arcángel San Gabriel que anunció a la Virgen María, que iba a ser Madre de Dios.
Luego los ángeles lo anunciaron a los pastores , cuando nació en Belén, a San Pedro lo sacó un Ángel de la cárcel con todas las puertas cerradas ,y hay muchos más casos, ya desde el Antiguo Testamento.
También Lucifer , fue un ángel,  pero su pecado de soberbia, le hizo caer al abismo, a lo más profundo y allí está con más demonios queriendo arrastrar a  mas criaturas, por eso Dios que nos ama, nos ha puesto a cada uno un Ángel de la guarda, para que nos ayude en la lucha de esta vida.
Ya si lo voy comprendiendo Pablo, te veo feliz y sereno como siempre, quiero seguir tus consejos.
Pues como soy tu amigo, te quiero ayudar, te voy a llevar a un centro de rehabilitación, allí te ayudarán tanto a dejar la droga como el alcohol, se valiente! pon todo lo que puedas de tu parte, serás un hombre nuevo! y yo mientras tratare de buscarte un trabajo.
Amigo, ya no olvides una cosa, que hay ángeles buenos y malos, los malos son los demonios, que se disfrazan de muchas cosas para hacernos caer, ya ves, donde te habían llevado.

Desde ahora, ¡déjate guiar por tu Ángel de la Guarda, y te prometo que te irá mucho mejor!

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