La Oruga Azul.

La Oruga Azul.
La oruga se puso azul turquesa, porque presa de la luz de la poesía, reposa en las cuartillas de la mesa impregnada de tinta y fantasía… (Antonio Peláez Torres),

jueves, 14 de enero de 2016

Sonetos simpáticos al modo barroco, por MANUEL GAHETE JURADO.






I.                  Clase de Métrica



                                             [Glosando unos versos de Lope de Vega]
                                                                                                                                                                          
                                                                 
Un soneto me manda hacer el profe.
En mi vida me he visto en tal aprieto;
y, si de esta no salgo con pie prieto,
he de echar, con los hígados, el bofe.

No es que intente eludirlo ni me mofe
de los versos de marras del soneto.
En la linde del último cuarteto,
no hay palabra en mi lengua que se estofe.

Voy saldando la cuenta poco a poco
sin saltarme de un verso la medida
y, en mi gozo, me privo y me desboco.

No es tan dura misión la acometida
si en su empeño me ciego como un loco:
cierro el verso final y está cumplida.




I.                  Carel de tósigo


 [Evocando unas viejas disputas entre dos reputados poetas: Góngora y Quevedo]



Frente a los que me llaman enemigo,
no sé por qué -lo digo con franqueza-,
                sesgo el saludo, arrugo la tristeza
y dejo que me olviden en su ombligo.

  No busco complacerlos ni persigo
el pláceme del labio que se freza
quebrado contra el gris de la corteza
poniendo siempre a Dios como testigo.

¿Acaso debería haber quemado
mis versos en la hoguera; o, en la roca,
mis naves encallar para su gusto?

Quien caiga en tal negror no haya cuidado
que aquel que nutre sierpes en su boca
no alcanza a ser ratón, no llega a susto.


                                                       [Inéditos]

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