La Oruga Azul.

La Oruga Azul.
La oruga se puso azul turquesa, porque presa de la luz de la poesía, reposa en las cuartillas de la mesa impregnada de tinta y fantasía… (Antonio Peláez Torres),

lunes, 17 de julio de 2017

ENRIQUE GRACIA TRINIDAD (Escritor y divulgador cultural))



Mi reconocimiento y mi gratitud para Carmen Hernández Montalbán y para cuantos junto a ella elaboran esta revista digital ABSOLEM y están en la Asociación Cultural LA ORUGA AZUL.
Forman parte del imprescindible aunque reducido grupo de personas que se esfuerzan por la cultura, la poesía y la belleza; y mantienen en alto ese espíritu tan necesario en estos tiempos alicaídos para la cultura, torpes para la poesía y atrofiados para la belleza.
Es un placer estar cerca de todos ellos.

Enrique Gracia Trinidad


Currriculum

Enrique Gracia Trinidad (Madrid, España, 1950)   Escritor y divulgador cultural

Publicaciones de poesía —1972 a 2017—: Encuentros (1973), Canto del último profeta (en disco 1978 y plaqueta 1988); Crónicas del Laberinto (1991), A quemarropa (1992),  Restos de Almanaque (1993),; Historias para tiempos raros (1994), La pintura de Xu-Zonghui (bilingue chino-español); Siempre tiempo; Contrafábula (Poesía reunida 1973-2004) (incluye completo todo lo anterior más el libro inédito Tiempo de Apocalipsis), Todo es papel (2002), Sin noticias de Gato de Ursaria (2005), La poética del Vértigo (Antología, estudio y selección de Enrique Viloria, 2007), Pentimento (2009), Hazversidades poéticas (antología, 2010); Butaca de entresuelo (2010),  Mentidero de Madrid (2011), Ver para vivir (2013), Juego de Damas (2015), Doble Juego (antología con Raquel Lanseros) (2015), Al final de la escalera (2015) Siempre la vida (Antología) (2017) y varias plaquetas no venales (Juego de damas [muestra], Palabras en Baza, Por no callar, etc.).
Otras publicaciones en prosa, artículos, dibujos; y como antólogo y colaborador en traducciones (chino y otros). Varios de ellos junto a Soledad Serrano y distintos artistas plásticos.

Entre otras distinciones, le han concedido accésit de los premios Adonais (1972), Rafael Morales, Torrevieja y Pilar Fdez. Labrador; y los premios a libro Feria del Libro de Madrid, Blas de Otero, Bahía, Juan Alcaide, Emilio Alarcos, Juan Van-Halen y  Eladio Cabañero.
En 2008 se le concedió el Premio Vicente Gerbasi, por el conjunto de su obra (Venezuela)

Varios de sus textos han sido traducidos al chino, italiano, ruso, inglés, francés, turco, japonés, portugués y catalán, y aparece en más de una veintena de antologías y diversas publicaciones de una docena de países. 
Se dedica a la divulgación cultural mediante conferencias, teatro, recitales, cursos, talleres, organización de eventos culturales, radio, etc.


***




MEMORIAL DE ESTA TARDE


Le deseo a la luz
que sepa lo que hace cuando deja a la sombra arrinconada en los toldos, prisionera en las cajas, desterrada en los sótanos.

Le deseo al silencio
que recuerde su lúcido perfil al salir del tumulto de las calles, del mercado y la huelga y refugiarse en el beso y la caricia.

Le deseo a la risa
que se estrelle contra los cartapacios y pantallas de aquellas oficinas que en las torres juegan a ser el músculo del miedo.

Le deseo a la voz
que no devore el sueño, que sepa susurrar, ser confidente amable, ser bálsamo y remedio de la ira, recurso fiel ante la intolerancia.

Le deseo al espejo
que no se ponga triste,
al esfuerzo que sea fuerte y justo,
al cansancio que tenga más de amor que de miseria,
al futuro que venga a caminar a nuestro lado y no amenace,
al pasado que olvide cuanto tuvo de hiriente o de tristeza,
al presente que ejerza de compañero bueno y tolerante.

Le deseo a la vida
que nos haga cosquillas y no escatime el tiempo de la felicidad.

(de Al final de la escalera)




TRÁNSITO DE LA TARDE


Es la hora bruja del collar de ruido,
hechicera distinta de otras horas,
menos oscura, roja, más amiga.
Esponja del crepúsculo en que siempre
se refugia la voz agonizante.

De la celebración de este momento
nos quedará después algún sabor
a tiempo perfumado en la sartén,
corteza de limón, azúcar duro
hecho cerezas, vino, pan caliente,

Nos quedará un aroma silencioso
acostado en el hueco del reloj
hasta que se le asuste la inocencia
con tantas campanadas amarillas.

Por las aristas de la noche entonces
subirá gris el agua enrarecida,
más saliva que lluvia, casi lágrima,
vuelco del corazón que se despide.

Barrido el orosol de la azotea,
fugado a las colinas del suburbio,
se queda sólo el tobogán, la piedra
donde se conmemora la batalla                         
que los niños tuvieron en el parque.
Tal vez quede algún resto de nosotros,
que fuimos tacto y vértigo de besos;
que al amarnos, tejimos dulcemente
la camisa de blanca piel, el aire,
que el nuevo día se pondrá mañana.



(de Pentimento)

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